¿Quién dijo que es mucho o poco, largo o corto, el tiempo que nos tomamos para estar bien?


"Estar bien", es aquello que me pasa tanto cuando me divierto, como cuando descanso, sola o con quienes tengo "química" -sin importar cuanta historia nos una, ni si esa química ocurre solo de a ratos: Compartir una carcajada cómplice con una extraña en la calle, me genera algo parecido que sorprenderme con que el entusiasmo de mi perro siga intacto, al tirarle un "juguete", día tras día. Los sentimientos que relaciono con el bienestar son: amor, paz, ternura, orgullo, admiración, curiosidad, alegría, confianza, fraternidad & compañerismo, nobleza, integridad

Hasta acá creo que la mayoría podemos estar de acuerdo. Personalmente, y de ahí mis ganas de iniciar y sostener este proyecto (B de Bienestar), creo que ESTAR BIEN, no es solamente lo que mencioné arriba... Condición necesaria, sin dudas, más no suficiente. Postulo que para generarnos el BIENESTAR y verdaderamente estar bien, tenemos que querer sanar nuestras penas psicológicas y trabas energéticas, consistente y constantemente a lo largo de nuestras vidas. Es más, me atrevo a decir que todo bienestar ("pasarla bien") tiene un final -y hasta a veces una contracara consecuente del mecanismo en que lo generamos- si no nos ocupamos de arrancar de raíz aquello que nos hace partícipes de nuestros malestares.

Lo que digo llevado al orden físico, sería como si para sentirnos bien corporalmente tratáramos una fiebre diaria -que está ocurriendo hace más de un mes- con un analgésico sin hacernos cargo de investigar la causa. ¿Lo harían? Primero, esa fiebre empañaría parte de su día a día; y segundo, seguramente indicaría que algo más importante pudiera estar en desequilibrio biológico. Tercero, el "final" puede ser enfermedad y muerte.

¿Saben que sentimos análogamente al caso de la fiebre diaria? Ansiedad, enojo, tristeza, miedo, cansancio crónico, y tanto más. Hacemos caso omiso, distrayéndonos... "seguimos como si nada". Encendemos la TV como si tomáramos un analgésico, tomamos unos tragos como relajante. No siempre, pero a veces sí, y nos "hacemos los tontos" con nosotros mismos. Tememos o nos "da fiaca" hablar de lo que sentimos. Lo postergamos, lo ridiculizamos. Prestamos atención al deber de seguir yéndonos a dormir para despertarnos para trabajar para poder satisfacer necesidades básicas y tal vez darnos gustos, para volver a empezar. A veces este ciclo ni suficiente tiempo de sueño incluye...

Insisto que todo Bienestar tiene un final si no nos ocupamos de arrancar de raíz aquello que nos hace partícipes de nuestros malestares. Y nuestra participación BÁSICA es PORTAR LAS SEÑALES de ese malestar... Solo nosotros podemos recurrir al recurso básico: pedir ayuda. Reconocer, nombrar, aceptar, entender, y poder disolver son algunos de los pasos. Y créanme, a corto o mediano plazo, por más duro que sea el proceso, llegan el amor, paz, ternura, orgullo, admiración, curiosidad, alegría, confianza, fraternidad & compañerismo, nobleza, integridad. Y vuelve un BIENESTAR tanto más pleno y robusto.

Cuando hoy escuché que dedicarse unas horas por semana para sanar algo físico era "más que suficiente" tiempo dedicado a sí mismo, y al indagar, transcurría parte de ese tiempo conectado con el teléfono atendiendo deberes laborales y familiares, sin "parar" a siquiera descansar conscientemente (sin dormir), me quedé pensando... ¿Quién dijo que es mucho o poco, largo o corto, el tiempo que nos tomamos para estar bien?

No escribo para recetar el tiempo exacto de su bienestar, es tan personal como el color de ojos, solo que mutable en relación a la necesidad de cada cual, que TAMBIÉN es cambiante.

Escribo para invitarnos a reflexionar acerca de los pre juicios que tengamos acerca del TIEMPO que nos dedicamos para ESTAR BIEN... y cuanto nos privamos de hacer o encarar por estas creencias... Desde juzgar de "largo" el proceso psicoanalítico, cuando la experiencia indica que depende del objetivo del paciente... Hasta juzgar de "corta" una infusión de Reiki y por ende invalidar su efecto. Desde la no tan inocente frase "no tengo tiempo para mí" (mientras pasamos horas enteras al servicio de otros, o frente a la televisión), hasta el trágico pronóstico de "tiempo de vida" de pacientes con cancer. 

Sin exagerar (estar cada día de mi vida activando algún tema nuevo para sanar, sin dar espacio a experimentar y disfrutar del bienestar cosechado, sirviendo a su vez de ejemplo para otros) y sin hacernos los tontos tampoco (siendo conscientes de que elegimos "desconectar", haciendolo con responsabilidad) esta es mi invitación a la búsqueda del BIENESTAR en el tiempo y con el tiempo que cada uno esencialmente necesite! Para darnos cuenta, solo hace falta un minuto de silencio y llevar la atención hacia adentro. La respuesta es visceral :o)



Comentarios